martes, 30 de diciembre de 2014

Diciembre sin ti.



Huele a café, y a tostada, y a té, y a ti, y a tú conmigo.
huele a resaca mala, a humor agrio por las mañanas,
a pies helados que no se calientan nunca.
Huele a besos caducados desde el otro lado de la calle,
es insoportable.

Huele a carcajada limpia, a voces conocidas en cualquier esquina,
huele a abrazos sinceros que evocan recuerdos felices,
huele a brindis con champán del caro,
a ojos brillantes alrededor de una mesa abarrotada que se vacía,
que se va llenando.

Huele a sal marina, a tarrina de helado en la cama, o a colonia nueva, quién puede saberlo ya,
huele a comida exótica de lugares que aún no hemos visitado,
a mañanas de infarto, a batido de chocolate en cualquier autobús a las 8 de la mañana,
huele a tardes de sueños robados en el sofá frente a una chimenea hipnotizante.

Huele a invierno agridulce,
Huele a diciembre sin ti.


miércoles, 11 de junio de 2014

Soñar es acertar en el pasado.



Un instante de lluvia,
la fuerza incontrolable sobre el mundo
y las palabras justas para seguir nadando
en los charcos que esperan bajo baldosas sueltas,
en el mejor lugar
para gritarle a un tiempo adormecido
de cielos despejados
y empaparse de miedo.

Sorpréndeme buscando el amor en el frío
o en el tráfico lento de los días de lluvia.

Las manchas de humedad
que muestran el camino
vertical de los puentes
nada tienen que ver con la vida que el agua 
arrastra por sorpresa.

Vamos a ser, al menos este instante,
anfibios de ciudad,
el agua entre nosotros ya es inevitable.

Paula Bozalongo, Diciembre y nos besamos.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Micro.

"No eres lo bastante buena para mí."- se dijo ante el espejo.




viernes, 8 de noviembre de 2013

Volver a ser valiente.


 [...]
-Se apartó, distraída, un mechón de cabello que parecía querer enredarse entre sus pestañas, sacudió la cabeza y entonces se dio cuenta...llevaba mucho tiempo formulándose esa pregunta internamente, casi era una mecanización más de su sistema nervioso, de esas cuestiones que una asume y cuya respuesta sabe que debe contener el mayor tiempo posible en ese compartimento recóndito de nuestra mente donde doblegamos a nuestra voluntad las razones científicamente fundadas con rumores de patios vecinales. Era una especie de penitencia a la que se había acomodado demasiado. Como un secuestro armado y un síndrome de Estocolmo. Su conciencia se estaba dejando capturar, ¡qué demonios!, estaba entregándole sus muñecas unidas en alto a los secuestradores.Pero oírla así, materializada en labios de otra persona de carne y hueso... vaya, eso parecía algo totalmente nuevo. Agachó la cabeza, se maldijo a sí misma por lo bajo y comenzó a preguntarse si no se le habría escapado en algún estribillo de los que tarareaba mientras preparaba la cena o durante alguna charla o discusión acalorada, ¿se habría traicionado a sí misma mientras dormía? todo aquello parecía muy improbable.
Alzó la cabeza y enfocó los ojos claros que la observaban expectantes al otro lado de la mesa, miró a través de ellos y resolvió: había llegado la hora. Era el momento de volver a ser valiente.-

jueves, 7 de marzo de 2013

Salidas.


Gritar, escapar, correr hasta que duela, romper ese jarrón que tanto te molesta, reír, llorar, beber una copa de más, aislarse, desaparecer, hacerse el tonto, burlarse de uno mismo, abrir la puerta...salir.
Salir del "enfadarse", del "arrepentirse", del "lamentarse", del "encerrarse en sí mismo", del "sentirse culpable", del pesimismo que siempre nos acecha y nos embiste con más fuerza cuando estamos desnudos y sin escudo.
No creo que buscar una salida de vez en cuando nos convierta en menos humanos, ni mucho menos. Creo que si todos encontráramos esa salida, esa puerta a medida a la que sólo nosotros tenemos acceso, todo sería más fácil.
Yo, personalmente, la tengo en ellas, la tengo en ellos... la tengo en ti.

miércoles, 9 de enero de 2013

Morir soñando.



Morir soñando, sí, mas si se sueña  morir, la muerte es sueño; una ventana hacia el vacío; no soñar; nirvana;del tiempo al fin la eternidad se adueña.Vivir el día de hoy bajo la enseña del ayer deshaciéndose en mañana; vivir encadenado a la desgana ¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña? ¿Soñar la muerte no es matar el sueño? ¿Vivir el sueño no es matar la vida? ¿A qué poner en ello tanto empeño?: ¿aprender lo que al punto al fin se olvida escudriñando el implacable ceño -cielo desierto- del eterno Dueño?
Miguel de Unamuno.